En los últimos años, el término cloud computing se ha vuelto común en el mundo empresarial. Pero ¿qué significa realmente y cómo impacta en la forma de operar, almacenar información y ofrecer servicios? Este artículo explica de forma simple qué es la computación en la nube y por qué es clave en la transformación digital.
¿Qué es cloud computing?
El cloud computing, o computación en la nube, es un modelo que permite acceder a recursos tecnológicos (servidores, almacenamiento, bases de datos, aplicaciones, etc.) a través de Internet, sin necesidad de instalarlos físicamente en la empresa.
En lugar de comprar e instalar hardware o software, las organizaciones pueden usar estos servicios bajo demanda, pagando solo por lo que consumen.
¿Cómo funciona?
Todo se gestiona desde centros de datos especializados que son administrados por proveedores cloud. Estos centros cuentan con infraestructura robusta, redundante y segura, lo que permite:
- Ejecutar aplicaciones
- Almacenar y consultar información
- Procesar grandes volúmenes de datos
- Conectarse desde cualquier lugar y dispositivo
- Escalar la capacidad según necesidad
El acceso es vía Internet y se realiza bajo estrictas políticas de seguridad y disponibilidad.
Tipos de servicios en la nube
El cloud computing se divide principalmente en tres modelos de servicio:
1. IaaS (Infrastructure as a Service)
Entrega infraestructura virtual como servidores, redes o almacenamiento. El usuario gestiona los sistemas operativos y aplicaciones.
Ejemplo: máquinas virtuales para alojar sitios web o ERP.
2. PaaS (Platform as a Service)
Ofrece un entorno de desarrollo completo para crear, probar y desplegar aplicaciones sin preocuparse por la infraestructura subyacente.
Ejemplo: plataformas para desarrollar apps móviles o web.
3. SaaS (Software as a Service)
Proporciona software listo para usar a través del navegador, sin instalación local.
Ejemplo: correo electrónico empresarial, CRM, herramientas de gestión de proyectos.
Principales beneficios para las empresas
- Reducción de costos: sin necesidad de comprar servidores o licencias costosas.
- Escalabilidad: fácil ajuste de recursos según la demanda.
- Acceso remoto: ideal para equipos distribuidos o trabajo híbrido.
- Actualizaciones automáticas: sin necesidad de mantenimiento manual.
- Alta disponibilidad y respaldo: infraestructura diseñada para continuidad operativa.
- Seguridad robusta: estándares internacionales aplicados por proveedores líderes.
¿Qué tipos de nube existen?
- Nube pública: recursos compartidos entre distintos clientes, como AWS, Google Cloud o Azure.
- Nube privada: infraestructura exclusiva para una organización, mayor control y personalización.
- Nube híbrida: combinación de ambas, según necesidades específicas de cada sistema o aplicación.
¿Quién debería usar cloud computing?
Prácticamente cualquier organización puede beneficiarse:
- Pymes que buscan reducir costos y escalar rápidamente
- Empresas con múltiples sucursales o equipos remotos
- Negocios que trabajan con datos en tiempo real o necesitan alta disponibilidad
- Equipos de desarrollo de software
- Organizaciones en proceso de transformación digital
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